sábado, 3 de julio de 2010

Alemania 2010: el triunfo del talento y la herencia de Van Gaal

Los dos meses antes del comienzo del mundial se hacen casi tan largos como los dos años anteriores. Los periódicos, televisiones y demás se encargan de ponernos los dientes largos recordándonos exactamente los segundos que faltan para que comience el torneo más importante. Por eso, los depredadores de fútbol buceábamos por las listas de cada selección con ánimo de calmar nuestro apetito balompédico. A medida que iban saliendo a la luz gota a gota las listas de cada combinado, nos sorprendíamos por las importantes ausencias. Escudándose en tópicos como "En un mundial se necesita experiencia" o "X es muy importante en el vestuario" los seleccionadores dejaban fuera al Benzema, Pato o Cassano de turno.

Salió la lista de Löw y todos nos sorprendimos. El único requisito que puso para ser miembro de la Mannschaft era el talento. Salvo alguna excepción lógica como Klose o Ballack, Löw convocó a cada uno de sus jugadores basándose en el rendimiento actual, sin mirar su DNI. Nadie creía que Löw se iba a atrever, pero a la hora de la verdad Löw llevó a Sudáfrica a todos los jóvenes que habían destacado, con una media de edad menor a los 25 años.

El talento bajo sospecha que diría Montes. Casi por naturaleza, desconfiabamos de esta selección por joven e inexperta.

Empezó el mundial y rápidamente la Mannschaft se ganó el cariño de gran parte de la afición neutral. Rompiendo con el tópico, esta selección es símbolo del fútbol de ataque, del descaro, del atrevimiento. Los bad boys se identificaron rápidamente con este equipo. Como un buen plato gastronómico, entra por los ojos.

Y así, con el talento como seña de identidad, ha ido pasando rondas hasta llegar a semifinales. Eliminando a dos de las favoritas con bastante soltura, haciendo estragos a las defensas rivales cuando les daban espacios a los diablos germanos.

Ya no valen peros. Esta selección ha firmado su candidatura al título, firmando un mundial casi impoluto. La juventud no es un impedimento, más bien una virtud. Ha triunfado el talento, rompiendo las barreras de la inexperiencia. Löw ha visto recompensada su valiente decisión de recompensar el talento.

Y en la sombra de esta selección, merece una mención Louis Van Gaal.

Bastian Schweinsteiger debutó en 2002 con el Bayern de Munich. Con él, la ilusión de miles de aficionados del Bayern deseosos de encontrar al nuevo Effenberg, un jugador de casa al que sentir como suyo. La prensa alemana enloquecía con Basti. Sin embargo, varios años vista, parecía que Schweini no iba a explotar - al menos hacia las expectativas que había creado. Muy irregular, destacaba casi más por sus continúos cambios de peinado que por su rendimiento futbolístico escorado a la banda izquierda. Entonces llegó Louis al banquillo del sur de Alemania. Vistos los problemas que su equipo tenía en el centro del campo, decidió situar ahí al bueno (?) de Basti en una decisión bastante discutida

Cuando hace un año un totalmente desconocido Thomas Müller jugaba con el Bayern München II en la 3. Liga nadie podría creer que 12 meses después sería una de las sensaciones del mundial. Louis Van Gaal, con su admirable confianza en la juventud, le puso en primera línea mundial, lo catapultó a la máxima exigencia con una confianza desorbitada.

Hoy, la Mannschaft gira entorno a estos dos jugadores. Uno, Schweini, parece haber explotado definitivamente en el centro del campo haciendo un mundial realmente glorioso.

Él otro, ese espigado y escuálido joven, al que nadie le presumiría esa habilidad para jugar al fútbol, es la auténtica sensación mundial. ¡Con tan sólo una temporada a nivel profesional, está llevando las riendas de la camiseta germana! Mucho menos vistoso que Özil, que nadie espere una filigrana que te haga levantarte del asiento, ni ese regate en una baldosa que te deje con la boca abierta, Müller es un jugador absolutamente decisivo. Cuando el genio de Mesut acusa lo que sus principales detractores le señalan, su irregularidad, Thomas aparece.

Por eso, hoy Alemania clama: Danke Louis.